sábado, 24 de noviembre de 2018

Entrevista a Jessica Sequeira, traductora de Cuando pienso en mi falta de cabeza.





Preguntas a Jessica Sequeira en ocasión de la publicación de When I Think of My Missing Head, Snuggly Books, 2018. 

Jessica Sequeira (California, 1989) escribe poesía y novela. Sus obras incluyen la colección de cuentos Rhombus and Oval y la colección de ensayos Other Paradises: Poetic Approaches to Thinking in a Technological Age. Es responsable de un gran número de traducciones de lo más variopintas : Liliana Colanzi, Sara Gallardo, Hilda Mundy y Winétt de Rokha, Marcelo Cohen y otros. Actualmente traduce una novela del argentino Daniel Guebel. Actualmente vive en Santiago de Chile.

Me tomó por sorpresa la noticia de la traducción de un libro de Adolfo Couve, encontré pronto el mail de Jessica, su responsable, y le envié algunas preguntas para acompañar en nuestro blog tan feliz noticia. De forma muy amable y entusiasta ella se prestó a esta entrevista de lo más informal. 

1 - No sé de otras traducciones de la obra de un autor tan importante para la literatura latinoamericana como Adolfo Couve, rara avis al margen del canon ¿Cómo fue tu aproximación a su obra?

Hace años que conozco el trabajo de Couve, pero hace un par que empecé a leerlo con más seriedad, cuando en una feria del libro independiente de Santiago llevé sus Obras completas publicadas por Tajamar. Luego fui a una exposición de sus pinturas curada por Claudia Campaña y quedé fascinada por sus pinturas. Hay algo en su literatura y en su arte que no entiendo totalmente, lo que me intriga. Quería intentar acercarme al espíritu detrás del trabajo, lo que creo que es un motivo considerable para cualquier traducción.

2 - Es curiosa la elección de trasladar antes al inglés Cuando pienso en mi falta de cabeza que La comedia del arte. ¿Qué te decidió por ese título en particular?

Las obras finales me fascinan, ya que de alguna manera parece que una vida entera está contenida en ellas. La idea de la falta de cabeza también capturó mi imaginación, y no pude dejar de pensar en el título y el tema. En un nivel práctico, pensé que su brevedad sería una puerta más accesible a su obra. Por supuesto, esto es una ilusión, dada su densidad poética. Además estaba trabajando en una novela propia y me resultó ameno traducir una obra como esta mientras tanto. Al final, traducir esto o lo otro en mi caso es siempre una decisión personal y arbitraria, un descubrimiento, un encuentro salvaje y apasionado.

3 - ¿La editorial estaba interesada en Couve o fue una propuesta tuya?

Conocía la editorial porque publica muchas novelas experimentales y a escritores franceses decadentes, que me interesan. Acababa de traducir una colección de cuentos del francés y pensé en hacer un libro así para ellos también. Pero cuando encontré a Couve, cambié de idea y pregunté al editor si estaría interesado en un autor latinoamericano que trabajara en la tradición francesa. El editor se entusiasmó y tuvo una mente admirablemente abierta para abrir su proyecto editorial en esta nueva dirección. 

4 - ¿Que otros autores latinoamericanos te interesan? 

Muchos, del pasado y presente. Soy muy curiosa en mis lecturas y me entusiasmo fácilmente. Sobre todo estoy atenta a los autores que trabajan con la realidad pero con una vena fantástica, especulativa, onírica o mitológica, aquellos que no solo describen sus propias vidas sino que son capaces de crear desde la imaginación también vidas o mundos. Una mezcla entre el trabajo de cuaderno y el trabajo de soñar, para ponerlo así. Esto puede incluir autores como Augusto d’Halmar, Pablo Neruda y Juan José Saer. Los escritores de narrativa que me interesan son estilistas, con un rico lenguaje, muy consciente de la frase y la estructura. 

5 - ¿Qué otros autores tradujiste? 

He traducido libros de Teresa Wilms Montt, Sara Gallardo, Liliana Colanzi, Hilda Mundy, Jean de la Hire y Maurice Level, entre otros. En este momento estoy terminando las traducciones de varios autores argentinos y chilenos, que saldrán el próximo año. Hay mucho para leer y descubrir. 

6 - ¿Dónde se consigue tu traducción? 

Se puede comprar en https://www.indiebound.org/book/9781943813742 y por Amazon.

Entrevista realizada por Gabriel Martino para este blog.

Jessica Sequeira



miércoles, 14 de noviembre de 2018

"Adolfo Couve, El último acto de La Comedia del Arte o Cuando pienso en mi falta de cabeza." por Tirso Troncoso.



  La última obra que Adolfo Couve trabajó es Cuando pienso en mi falta de cabeza, y hablo de trabajo pues en ella de manera febril el artista intensificó y comprometió sus fuerzas, llegando al límite de borrar las distancias entre arte y vida. "Odio todo aquello que no es literatura" decía Kafka, así también Couve concibió su proyecto estético. Diseminar su vida en el Arte fue su faena y actuó consecuentemente con ella. 
  Las reflexiones que a continuación hago públicas nacieron de la lectura del original de la obra, aún inédita. Dicho sea de paso, el artista, en sus primeras proposiciones de título había barajado El último acto y La segunda comedia, elementos que luego de los trágicos acontecimientos adquieren especial significación. 
  La lectura de Cuando pienso en mi falta de cabeza actúa como réplica después de un gran terremoto, es aquella estrecha relación que tiene con La comedia del Arte la que, sin duda, determinará su suerte. No es una segunda parte o un cuerpo de capítulos abandonados de la primera, se trata más bien de un espejo, como aquellos que Velázquez disponía estratégicamente en sus obras. 
  Platón desconoce la fuente de aquella afirmación que recoge en el Libro X de La República: .. .la filosofía "aquella perra arisca que ladra contra su amor"; por cierto que su amor no era otro que el Arte. Camondo, quien encarna el fracaso del realismo en La comedia del arte, emerge ahora en este "espejo" acosado por los ladridos de una nueva disciplina: la historia. He ahí Camondo descabezado con las indumentarias de fraile pobre por las calles de Cartagena, balneario que aparece simbiotizado con la Florencia renacentista. Camondo, ahora como Savonarola es profeta desarmado , emerge abandonado también de los dispositivos e instrumentos que hacen posible su arte. Couve intensificó la atmósfera delirante de su relato al acrecentar hNensión entre la ramplona vida cotidiana y la épica olímpica en un balneario chileno en ruinas. El descabezado Camondo busca en las máscaras su rostro desgarrado. 
  El río de los muertos es el último destino por el cual Camondo deberá navegar para alcanzar a su Marieta muerta, aquella ajada modelo que lo acompañó pero que también le fue infiel. Es ella quien le impone ahora la infranqueable distancia de la • muerte. Camondo se resiste a ingresar a la cripta pues sabe que la muerte no sólo está allí dentro, sino que recorre la vida del principio a fin. 
  Si el Arte es el último refugio en el cual el hombre puede afirmar su arraigo a la tierra, Camondo también ha renunciado a ella. Ya lo anunciaba Walter Benjamín: "nos hemos hecho pobres. Hemos ido entregando una porción tras otra de la herencia de la humanidad, con frecuencia teniendo que dejarla en la casa de empeño por cien veces menos de su valor para que nos adelanten la pequeña moneda de lo actual". 
  La aguda ironía que en el título Couve deja entrever, jugando con la duplicidad del sentido, revela el presagio de su propio final. 
  Enfrentado el lector a los signos que esta obra establece, no puede sino aceptar el epílogo trágico de esta comedia. Se trata, en definitiva, del fin de una especial configuración narrativa del fracaso. 
  Al tanatizar Couve todos los elementos de la acción narrativa se agrede implacable-mente. Así como Gregario Samsa experimenta la deflación de su identidad, así también Camondo, por medio de los mecanismos del disfraz, agrede a una restringida concepción del arte, y con ellos se autoinfringe las heridas que derraman su identidad y destroza toda posibilidad de redención.



Tirso Trocoso, Colegio San Esteban, Santiago.
REVISTA CHILENA DE LITERATURA, N" 52, 1998.
(https://revistaliteratura.uchile.cl/index.php/RCL/article/view/39332) 



Pareja a caballo en la playa.

Pareja a caballo en la playa, 1967.

miércoles, 7 de noviembre de 2018

Cinco Obras

Figura, 1985.


Leonardo Piñeiro, 1984.


Hombre en el balcón, 1984.


Mirasol, 1984.


Carlos Bolton, 1966.

viernes, 2 de noviembre de 2018

ANGELINO

Adolfo Couve, La playa, 1965.

Las ciudades crecidas al borde del océano se han hecho indiferentes a tal inmensidad. Y los hombres que las habitan son silenciosos a causa de las habladurías del mar. La infancia de Angelino fue saberse al servicio de otros y mucho antes de competir con sus amigos, vació su bolso de bolitas y tesoros, huyendo lejos de la rivalidad.
Entonces encontró asilo en un banco anclado en medio del patio y remó mil ensueños, porque a la navegación libre, solo bastan los vientos propios. Su atención era mediocre y había que llamarlo tantas veces y tan fuerte que su nombre se hizo célebre entre los demás.

Adolfo Couve, En los desórdenes de junio. - Santiago : Zig Zag, 1970.